miércoles, 18 de diciembre de 2013

Adviento

Otra vez tendremos que creernos que es tiempo de paz amor y felicidad.

A pesar de los pesares: la vorágine de  luces, turrones, villancicos, belenes, árboles, escaparates, felicitaciones, loterías y toda la parafernalia desplegada por los comerciantes, nos acorrala con la interesada pretensión de que el espíritu navideño nos "contamine" masivamente para bien de nuestros espíritus y para mal de nuestra economía.

Por imperativo social es obligatorio ser feliz a golpe de mazapán y zambomba, aunque nuestras necesidades básicas de supervivencia estén mas descubiertas que mi cabeza calva de rancio abolengo.

Voy a intentar, por enésima, vez fingir ser feliz mientras duren estas fiestas...quizás surja el milagro, "suene la flauta" o descubro que todo no es tan falso como me lo imagino.

A todos los que tenéis la deferencia de visitar este blog, aunque sea por casualidad, os deseo que intentéis descubrir la verdad, y durante este proceso encontréis la luz, la paz, el amor y la felicidad que se supone abunda sobradamente durante estas fechas.

¡¡Felices fiestas!! 

La viñeta no es un árbol de navidad, ya lo se, pero le doy la oportunidad a este viejo y solitario pino de brillar por si mismo sin luces ni aditamentos que enmascaren el milagro de la existencia.
Quien consiga ver la belleza en esta decrepitud: ya no necesitará fingir felicidad.