Derrocharemos nuestra crisis y buscaremos la efímera paz espiritual al compadecernos de que Jesús ( el de Nazaret) nació en un pesebre.
Pues bien: este niño, que caricaturicé en la viñeta, no tiene crisis que disfrutar, ni pesebre para nacer o morir, no tiene nada...¡¡absolutamente nada!!, bueno, quizás solo tres lágrimas exprimidas del ultimo suspiro de su seco y extenuado cuerpo, que se volatilizarán rápido, pero mas tarde de lo que nosotros, los de la crisis, tardaremos en olvidarlo a él.
Feliz crisis (¿?) digo: ¡¡FELIZ NAVIDAD!! si vuestras conciencias os lo permiten.
Si ya pasó la Navidad cuando leáis esto: que sepáis que este niño sigue sin crisis, porque no existe crisis de "la nada".