Debate sobre el estado (deteriorado) de la nación: hemiciclo de promesas falsas, discursos revenidos, nido de sofistas, insultos contenidos, aplausos por parcelas, mentiras disfrazadas, medias verdades, prepotencia ofensiva y un cursillo intensivo de mala educación...
Si: mala educación, porque ausentarse el ochenta por ciento de diputados cuando tienen la palabra los grupos minoritarios es una desvergüenza, y una vicepresidenta jugando, como una quinceañera, con la tableta, es impresentable.
El debate de 2015 lo interpreto como un panfleto polícromo de precampaña para las próximas elecciones que sufriremos.
El traje y la corbata, imagen de uniforme rancio, trasnochado y monótono, está soportando la repentina confrontación estética de ropa desaliñada: pantalones vaqueros, camisas descorbatadas, tatuajes y coletas.
Las hordas de "perroflautas" hacen que los nudos corbatiles les parezcan mas apretados a los usuarios, pero son los atributos masculinos quienes se elevan hasta la altura de las amígdalas creando la sensación de ahogo.
A pesar de todo, los propietarios de uniformes trasnochados resistirán los ahogos acongojantes, a sabiendas de que muchos "perroflautas" caerán en la tentación de vestir los trajes encorbatados, equilibrando la balanza estética, para tranquilidad de la "casta".
No se puede vivir de las migajas que le sobran a la opulencia cuando nuestro trabajo es el proveedor de dicha opulencia.
Despilfarrar nuestro sudor en caprichos de lujo es un insulto a la moralidad y a la dignidad.
Si asumimos que tiene que haber poderosos y endebles, perdemos nuestra condición de seres racionales, convirtiéndonos en bestias y dejando que el "líder de la manada" o el pastor de borregos decida a que miserias tenemos derecho.