domingo, 7 de marzo de 2010

Corridas de sangre


El que no tiene “muchas luces” se viste de ellas para compensar sus carencias, y los que llaman “maestro” al de las luces es porque se sienten alumnos de la incultura.

Los “diestros” matan por dinero y sus esperpénticos gestos, arrogantes, desafiantes y chulescos, ante un animal no racional, son la forma de ocultar el miedo que sus rezos previos, en la capilla de la plaza, no consiguieron mitigar.

Los humanos debemos de sentir compasión ante la muerte de un ser vivo, y si sentimos placer: es que somos inhumanos.

Mi deseo seria que las corridas: si son cultura, que se queden en los libros; si son tradición, que se queden en la imaginación y si son arte, que se denomine “Arte Macabro”.

La viñeta.

El vidrio artesanal del taxidermista no puede evitar que la compasión y la pena infinitas fluyan en forma de lagrimas a modo de duelo por los congéneres que seguirán muriendo de forma cruel, sin imaginarse cuales son las razones que llevan a un ser “racional” a divertirse con la muerte y la sangre.

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