Otra vez tendremos que creernos que es tiempo de paz amor y felicidad.
A pesar de los pesares: la vorágine de luces, turrones, villancicos, belenes, árboles, escaparates, felicitaciones, loterías y toda la parafernalia desplegada por los comerciantes, nos acorrala con la interesada pretensión de que el espíritu navideño nos "contamine" masivamente para bien de nuestros espíritus y para mal de nuestra economía.
Por imperativo social es obligatorio ser feliz a golpe de mazapán y zambomba, aunque nuestras necesidades básicas de supervivencia estén mas descubiertas que mi cabeza calva de rancio abolengo.
Voy a intentar, por enésima, vez fingir ser feliz mientras duren estas fiestas...quizás surja el milagro, "suene la flauta" o descubro que todo no es tan falso como me lo imagino.
A todos los que tenéis la deferencia de visitar este blog, aunque sea por casualidad, os deseo que intentéis descubrir la verdad, y durante este proceso encontréis la luz, la paz, el amor y la felicidad que se supone abunda sobradamente durante estas fechas.
A pesar de los pesares: la vorágine de luces, turrones, villancicos, belenes, árboles, escaparates, felicitaciones, loterías y toda la parafernalia desplegada por los comerciantes, nos acorrala con la interesada pretensión de que el espíritu navideño nos "contamine" masivamente para bien de nuestros espíritus y para mal de nuestra economía.
Por imperativo social es obligatorio ser feliz a golpe de mazapán y zambomba, aunque nuestras necesidades básicas de supervivencia estén mas descubiertas que mi cabeza calva de rancio abolengo.
Voy a intentar, por enésima, vez fingir ser feliz mientras duren estas fiestas...quizás surja el milagro, "suene la flauta" o descubro que todo no es tan falso como me lo imagino.
A todos los que tenéis la deferencia de visitar este blog, aunque sea por casualidad, os deseo que intentéis descubrir la verdad, y durante este proceso encontréis la luz, la paz, el amor y la felicidad que se supone abunda sobradamente durante estas fechas.
¡¡Felices fiestas!!
La viñeta no es un árbol de navidad, ya lo se, pero le doy la oportunidad a este viejo y solitario pino de brillar por si mismo sin luces ni aditamentos que enmascaren el milagro de la existencia.
Quien consiga ver la belleza en esta decrepitud: ya no necesitará fingir felicidad.
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