jueves, 25 de septiembre de 2014

Darwin



Cuando nuestros sentidos llegan al limite, la imaginación se encarga de continuar el camino. 

Entonces llega el raciocinio con sus leyes, teorías e hipótesis, restregándonos por las narices nuestras limitaciones. 

Como último recurso solo nos queda el espíritu, y el consuelo de que sin incógnitas no hay atractivo. 

Bueno: si solo te gusta el fútbol tus problemas existenciales están resueltos...ya lo dijo Jesús: "Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

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