Partiendo de la base de que no soy filólogo, ni hombre de letras, ni universitario, ni nada que se le parezca, voy a cometer la osadía de opinar sobre un tema que surgió a raíz del ¿error? verbal de una ministra de nuestro actual gobierno.
Hay debates que esconden un trasfondo de reivindicación muy superfluo. Se pretende reivindicar feminismo (que no igualdad) con la simple sustitución de la letra final de ciertas palabras relacionadas con las profesiones. Creo que es empobrecer el idioma, porque si todos los sustantivos y adjetivos van en femenino o masculino sobran los artículos "el " y "la" y nos quedamos como los ingleses con "the", es mas practico pero menos interesante. Además, por mucho que repitamos la palabra cambiada, pasa como con las malas canciones que a base de escucharlas insistentemente te parecen buenas, pero no lo son. Juez y jueza suenan bien a base de oírlas; medico y medica suenan mucho mejor, tienen mas solera.
Pero ahora vamos a ver como suenan las futuribles:
" Militar - militara", "escribiente - escribienta", "conserje - conserja","cantante - cantanta","caco - caca"..., esta última no creo que sea estéticamente reivindicable.
El sexo masculino también podría reivindicar lo contrario:
El ordenanza tendría que ser ordenanzo, el ebanista seria ebanisto, el anestesista el anestesisto, el psicópata el psicopato, el trompetista el trompetisto, el policía el policio...
Estas polémicas de cafetería no fomentan la igualdad, mas bien la desigualdad.
Aunque mirándolo bien: la desigualdad entre "hombres y hembras" (que así denominó Dios a los humanos cuando nos creó) es lo que hace que la humanidad sobreviva y los sexos contrarios se atraigan.
Si hombres y hembras (no hombras) fuéramos iguales la especie se perpetuaría por inseminaciones artificiales, lo cual seria un coñazo para los heterosexuales... todo se andará.
Si este batiburrillo de palabras, palabrejas, palabros y palabroides se sigue ampliando: las reivindicadoras, que quieren igualdad, están consiguiendo lo contrario y yo lo agradezco. No se me malinterprete, hablo de desigualdad biológica o psicofisica y no en derechos, deberes u oportunidades.
La viñeta que precede al texto no la dibujé exprofeso, pero viene a cuento.